EL MARIDO, LA MUJER Y EL TORO

El MARIDO, LA MUJER Y EL TORO ( BULL )
Un marido que realmente ama a su mujer y desea mantenerla siempre a su lado
debe estar muy consciente que su principal objetivo es el de complacerla y
satisfacerla plenamente y a cualquier costo, en todas sus necesidades de manera que
se encuentre siempre a gusto junto con èl y no se le ocurra, en ningùn momento, ir en
busqueda de nuevos y màs placenteros horizontes relacionàndose con otro hombre.
El marido debe entender que a lo largo la rutina y la falta de novedades en la relaciòn
con su mujer acaba arruinandolo todo. Hay que emocionar siempre a la mujer para
que ella cada vez se entregue siempre con mucho ahìnco y llena de espectativas para
no caer en el aburrimiento de entregarse a su marido por simple deber y renunciar
inevitablemente al placer que hubiera podido y querido obtener. La mujer va
estimulada y complacida constantemente. Hay que decir tambièn que muchos
hombres son incapaces de hacer llegar a la mujer al punto màs crìtico para que
alcancen el climax porque sus tiempos son muy diferentes; si un hombre se corre a
los cuatro minutos de haber iniciado a follar, la mujer necesita por lo menos de trece
minutos para llegar al deseado climax siempre y cuando sus zonas erògenas hayan
sido bien estimuladas. Ademàs el marido debe tener en cuenta que su mujer puede
alcanzar muchìsimos orgasmos mientras que él no pasa de los tres durante toda una
noche. Cuando la mujer empieza a masturbarse instintivamente al muy poco rato de
acabar de follar, el marido entiende claramente que ella todavìa tiene ganas de seguir
gozando sintiendo el va y ven de su polla dentro de su hambriento coño y puesto que
su polla no le da para màs èl se vale de dildos y/o vibradores como substitutos de su
polla para seguir ofrecièndole el placer que ella aun necesita. Llegados a este punto
sobreviene un perjudicial estado de frustaciòn para ambos puesto que la mujer
necesita una polla y no un dildo. Logicamente si la mujer es muy caliente la
situaciòn empeora muchìsimo y el marido corre el serio riesgo de que su mujer lo
engañe con otro hombre a escondidas. El marido debe reflexionar seriamente y
entender que no puede achacarle la culpa de una eventual traiciòn a su mujer puesto
que ella, antes de ser su mujer, es una hembra que necesita las esmeradas atenciones
de un macho cuyo deber es el de satisfacer totalmente sus desos sexuales. Por ende
es él quien la traiciona debido a su incapacidad de satisfacerla a cabalidad y por no
respetar su promesa de velar por ella tambièn en el àmbito de la sexualidad. Para
evitar esa dolorosa situaciòn al marido no le queda màs que adelantarse a su mujer
manifestàndole, con mucho tacto y discreciòn, su propensiòn a aceptar que ella se
busque y escoja libremente cuanto antes a un amigo o, como se le llama en la
actualidad, un bull. Un vigoroso bull, o toro, no es màs que una necesaria ayda para
el marido, un segundo y fresco aire nuevo, una mano màs que amiga que soluciona
los problemas de la pareja. El marido debe aceptar de muy buen gusto el bull que
màs le agrade y plazca a su mujer puesto que el bull tambièn puede intervenir cuando
el marido quede completamente rendido sobre la cama despuès de haber follado un
par de veces a su mujer y substituirlo para seguir complacièndola como ella màs lo
desee de modo que, disponiendo ella de una polla adicional, fresca, bien energizada y
diferente a la del marido, alcance los anhelados orgasmos que aun necesita. Cuando
el bull se recuesta al lado de la mujer es recomendable que el marido se aleje de la
habitaciòn para no importunarlos con su inutil presencia y los deje libres de gozar su
ìntima relaciòn. Se puede dar el caso que su mujer le pida quedarse en la alcoba,
tomar asiento en alguna poltrona y empezar a pajearse la polla mientras que ellos
follan; ella toma esta decisiòn con diferentes finalidades, la primera para que su
marido aprenda algunas tècnicas utilizadas por el bull, la segunda, para tratar que a su
marido se le vuelva a parar la polla, la tercera, para que su marido se deleite vièndola
follar con otro hombre, la cuarta, para que ella misma se excite aun màs viendo que
su marido la observa encantado y la quinta para que el bull lo envìdie por tener una
mujer tan buena. Es muy normal que el ego del marido se complazca apreciando la
vehemencia y la pasiòn con la cual el bull folla a su mujer. Se puede dar tambièn el
caso de que ella, de comùn acuerdo con el bull, quiera inculcarle una nueva cultura
sexual; instantes antes de que el bull empiece a follarla, ella puede pedirle a su
marido que le lubrique la polla al bull con alguna crema. Puesto que el marido no
puede negàrsele en lo absoluto, ella logra su primer objetivo que radica en que las
manos de su marido entren en contacto con la polla de su bull. Mediante este primer
contacto, entre el marido y el bull se empieza a establecer una relaciòn demasiado
ìntima y poco a poco la mujer puede pedirle al marido que haga mucho màs que
lubricarle la polla al bull. El marido debe obedecer en todo a su mujer sin pensar
minimamente en estar volvièndose homosexual puesto que debe entender
perfectamente que su deber es èl de complacer a cualquier antojo de su mujer y si
mientras que ella le lame los huevos al bull le pide a su marido que se acerque a
lamerle la cabeza de la polla del bull, èl debe estar contento de lamer aquel glande
que luego se harà camino en el coño de su amada y caliente mujer. El marido debe
estar plenamente convencido de su rol y entender que su mujer puede excitarse aun
màs mientras que ambos le lamen y chupan juntos la polla y los huevos al bull puesto
que esa es la polla que la harà gozar y alcanzar el tan deseado climax. Lo ideal es
que mientras el bull folla a la mujer el marido la siga lamiendo para que ella goce aun
màs. El hecho de mamarle la polla al bull ademàs de excitar aun màs a su mujer,
contrybuye indudablemente a fortalecer el matrimonio. El marido es deudor de
mucho respeto hacia el bull puesto que hace gozar a su mujer sin es**timar algun
esfuerzo y sin ahorrarse energìas. Se puede dar el caso de que ella, al quedar tan
complacida con la polla del bull, le pida al bull que sodomice a su marido para que
èste comparta y goce tambièn lo sabroso que es sentir la polla del bull en su culo. El
marido debe dejarse follar sin pensar minimamente en estar volvièndose marico
porque lo que en realidad està haciendo es complacer a su mujer y estrechar con ella
un morboso e inimaginable vìnculo Logicamente el marido, poco a poco puede
empezar a cogerle mucho gusto mamàndole la polla al bull y dejàndose follar por el
bull que puede volverse realmente marico pero èsto no debe preocuparle en lo
absoluto, por lo contrario, debe agradecerle a ambos el haberle proporcionado la
oportunidad de descubrir su otra identidad sexual que antes desconocìa por completo.
Su mujer se encargarà de convencerlo de que ser marico no es absolutamente un
problema, màs bien, la bisexualidad lo convierte en una persona muy versatil e
incline a satisfacer tanto a una mujer que a un hombre. El marido debe hacer todo lo
posible para que el bull estè muy a gusto con ellos y tiene que recibirlo con mucho
entusiasmo cuando nota que su mujer lo espera con mucha emociòn y durante esa
espera optimiza su maquillaje y escoge las prendas y la vestimenta màs sensual.
Cuando el bull, despuès de haber follado a la mujer, se despide, el marido debe
agradecerle mucho por haber entregado sus energìas a su mujer y estrecharle
fuertamente las manos Si el marido ademàs se da cuenta de que su mujer y el bull,
antes o despuès de follar, comparten mucho tiempo juntos y que sus miradas junto a
sus lenguajes corporales van màs allà del mero placer sexual, debe resignarse y
entender que ellos se han vuelto amantes. El marido debe entonces enlazar una
relaciòn mucho màs que amistosa con el amante de su mujer y considerarlo como un
miembro màs y muy importante de su familia; para que ambos disfruten de su idìlio
amoroso a plenitud, el marido debe cederle primeramente su lugar en la alcoba
matrimonial e irse a dormir a otro cuarto a menos que los dos amantes a veces le
permitan dormir en la misma cama junto a ellos. El marido deberìa pedirle al amante
de su mujer que se mude a vivir definitivamente con ellos ponièndole asì su casa y su
mujer a su completa disposiciòn; dejarlos salir libremente juntos y hasta proponerles
que ambos transcurran los fines de semana en donde màs les guste, asì como tambièn
convercerlos a que se vayan a entretener de vacaciones para disfrutar aun màs de su
intimidad. En definitiva el marido debe velar por la felicidad de su mujer ponièndose
de lado y dejando que ambos amantes disfruten estando juntos presentàndose
solamente cuando ellos, por alguna necesidad, lo llamen. El bull debe entender que
desde ahora èl es nuevo marido de aquella mujer. A la mujer tambièn le encantarìa
mucho y se excitarìa bastante, si mientras que ella y su amante se encuentran
abrazados desnudos en el sofà, su marido se le acerque para lamerla toda, empezando
por los pies, y luego se acerque tambièn a su amante para mamarle la polla; esta
morbosa actitud por parte del marido le harìa entender a la mujer que tambièn su
marido acepta plenamente a su amante y que le complace mucho verlos abrazados y
desnudos juntos. Es recomendable que la mujer siga follando con su marido tambièn
a solas para que a èl no se le ocurra buscar el placer con alguna puta, por eso es
oportuno que a veces, despuès de que ella termine de follar con su amante, se levante
de la cama y salga de la alcoba matrimonial, para hacerle una agradable visita de
sorpresa a su marido en su nuevo dormitorio y luego de describilrle detalladamente la
manera en que ella y su amante acaban de follar se dedique a realizar una buena faena
tambièn con èl para dejar que su polla, ahora fresca, goce en su acogedor coño
todavìa mojado con la leche de su amante. La mujer se excitarìa y gozarìa mucho
tambièn mientras que estando recostada desnuda en la cama de la alcoba matrimonial
junto a su amante, llame al marido para que se una a su amante y juntos la estimulen
besàndola y lamièndola por todo el cuerpo y luego empiecen a follarla
simultaneamente, uno por el coño y el otro por el culo. La mujer se sentirìa muy
complacida y sumamente excitada con esa agradable y muy necesitada doble
penetraciòn que indudablemente la harìa sentir toda una hembra màs que satisfecha al
estar protegida por dos hombres. Si al finalizar la faena el marido le limpia con la
lengua la polla al amante de su mujer saboreando asì los resìduos de su leche
mezclados a los humores del coño de su mujer, ella quedarà aun màs complacida
puesto que en definitiva lo que ella persigue es que su marido le otorgue mucho
respeto a su amante y la mejor forma de demostràrselo es que él no pierda ninguna
oportunidad en mamarle la polla que tanto la hace gozar a costa de que su marido se
vuelva un maricòn y un empedernido chupapollas.
发布者 salusnostra
3 年 前
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Pajarito1965
Pajarito1965 3 月 前
salusnostra : No es incompatible, cada día una variante, esas y muchas más 🤣🤣🤣
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salusnostra
salusnostra 出版商 3 月 前
Pajarito1965 : Concuerdo contigo pero creo que con el cornudo es mucho màs morboso cojerse y dejar cojerse para gozar tambièn la polla que se coje a la mujer.
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Pajarito1965
Pajarito1965 3 月 前
Buen compendio de instrucciones para el cornudo pasivo. Yo soy más partidario de ser cornudo activo, es decir de follar al corneador que se folla a mi mujer, como si su polla fuera una prolongación de la mía 
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Pepepollagorda
Pepepollagorda 7 月 前
Tienes toda la razón
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salva35
salva35 1 年 前
Impresionante, me gustó leerlo!
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salusnostra
salusnostra 出版商 1 年 前
pisdante : Hola, concuerdo plenamente contigo.
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pisdante 2 年 前
al marido y la mujer solo les toca obedecer como una jerarquía 
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campi21
campi21 3 年 前
salusnostra : Así es ?
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salusnostra
salusnostra 出版商 3 年 前
campi21 : Si su mujer le lo exige, a èl no le queda màs remedio que obedecerla para demostrarle todo su amor.  Y si a ella se le ocurre que se ponga hasta un delantal, èl tiene que obedecer sin decir ni pio.
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campi21
campi21 3 年 前
Solo te falto que si quieren ellos se vestirá de sissy para darles placer a la nueva pareja,por lo demás muy bien explicado.
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