Lucia
Esta es una historia basada en mi que me ha enviado "correabuela" (http://es.xhamster.com/user/correabuela/posts/500912.html)
-Hola Lucía.- te dije mientras besaba tus labios. Tú agarraste mi mano y me llevaste dentro de tu cuarto. El ambiente era relajante y sonaba una linda música.
Con una mirada te ordené arrodillarte frente a mí, tú recorriste con tus manos mis piernas hasta quedar totalmente postrada, tu lindo culito era lo que más a mano tenía, mis manos se posaron en él.
Reaccionaste incorporándote, me miraste como pidiendo permiso y asentí, liberaste mi miembro de la prisión en la que apenas ya cabía, y suavemente lo acariciaste haciendo que terminara de crecer.
Ahí te detuve, me quité el resto de la ropa e hice que tú te quitaras la blusa, tus delicados pechos quedaron a mi vista, mi boca buscó tus pezones. Comenzaste a gemir, mientras te volteaba, pegaba mi miembro a tu delicioso culo, y mis manos se aferraban a tu pecho hasta casi causarte dolor.
Sentías mi pene en tu raja y el tuyo comenzaba a notarse bajo tu faldita, metí mi mano bajo ella y nada se interpuso para que agarrara tus testículos, pequeños, imberbes, y los apretara con toda mi fuerza, esto hizo que tu pene alcanzara el máximo tamaño.
Te arrojé sobre la cama, tus pechos temblaron, levanté tu falda y me metí tu pequeño pene en mi boca, todo entero, gemías de placer.
Te ladeé, metí mis dedos en tu boca, y ensalivados los fui introduciendo por tu lindo ano, así de tu boca a tu culo iban llenando a este de tu saliva, mientras seguíamos disfrutando de la mamada que te estaba haciendo.
Cuando sentí dilatado tu ano, te volteé, levanté tu falda e introduje mi falo en tu culo, violentamente. El dolor y el placer se te mezclaron.
En esa posición hice que nos volteáramos, yo abajo, con mi pene clavado en tu ano, mientras con mis manos acariciaba tus pechos y tu pene, brincabas de placer, metiéndote y sacándote mi polla. Gemíamos y chillábamos, hasta que al unísono soltamos nuestro semen, el mío inundó tu culo, el tuyo inundó mi mano, que llevé a tu boca para que la limpiaras. Después te desensarté e hice que limpiaras mi pene con ella.
Agotados te hice tumbar a mis pies y dormimos.
FIN
-Hola Lucía.- te dije mientras besaba tus labios. Tú agarraste mi mano y me llevaste dentro de tu cuarto. El ambiente era relajante y sonaba una linda música.
Con una mirada te ordené arrodillarte frente a mí, tú recorriste con tus manos mis piernas hasta quedar totalmente postrada, tu lindo culito era lo que más a mano tenía, mis manos se posaron en él.
Reaccionaste incorporándote, me miraste como pidiendo permiso y asentí, liberaste mi miembro de la prisión en la que apenas ya cabía, y suavemente lo acariciaste haciendo que terminara de crecer.
Ahí te detuve, me quité el resto de la ropa e hice que tú te quitaras la blusa, tus delicados pechos quedaron a mi vista, mi boca buscó tus pezones. Comenzaste a gemir, mientras te volteaba, pegaba mi miembro a tu delicioso culo, y mis manos se aferraban a tu pecho hasta casi causarte dolor.
Sentías mi pene en tu raja y el tuyo comenzaba a notarse bajo tu faldita, metí mi mano bajo ella y nada se interpuso para que agarrara tus testículos, pequeños, imberbes, y los apretara con toda mi fuerza, esto hizo que tu pene alcanzara el máximo tamaño.
Te arrojé sobre la cama, tus pechos temblaron, levanté tu falda y me metí tu pequeño pene en mi boca, todo entero, gemías de placer.
Te ladeé, metí mis dedos en tu boca, y ensalivados los fui introduciendo por tu lindo ano, así de tu boca a tu culo iban llenando a este de tu saliva, mientras seguíamos disfrutando de la mamada que te estaba haciendo.
Cuando sentí dilatado tu ano, te volteé, levanté tu falda e introduje mi falo en tu culo, violentamente. El dolor y el placer se te mezclaron.
En esa posición hice que nos volteáramos, yo abajo, con mi pene clavado en tu ano, mientras con mis manos acariciaba tus pechos y tu pene, brincabas de placer, metiéndote y sacándote mi polla. Gemíamos y chillábamos, hasta que al unísono soltamos nuestro semen, el mío inundó tu culo, el tuyo inundó mi mano, que llevé a tu boca para que la limpiaras. Después te desensarté e hice que limpiaras mi pene con ella.
Agotados te hice tumbar a mis pies y dormimos.
FIN
9 年 前